lunes, 23 de mayo de 2016

DC Comics, el alcohólico reincide en sus pendejadas



Partamos de dos principios básicos. El primero, que me propuso Remy Bastién –el mejor editor de historietas en México, responsable de traer los cómics Marvel a nuestro país entre los 80s y 90s, director de Novelas inmortales y la serie de vaqueros El solitario, así como de otras publicaciones— hace más de 20 años, me escandalizó en su momento: el género de los superhéroes es un machote, una fórmula inamovible para continuar con las ventas, los buenos SIEMPRE le ganarán a los malos y los personajes muertos eventualmente saldrán sus tumbas.


            Segundo, postulado por Bernardo Fernández Bef, autor de las historietas Uncle Bill y La calavera de cristal, así como de las novelas en prosa Hielo Negro y Tiempo de alacranes, entre muchos otros muy buenos trabajos, incluyendo Bajo la máscara, cuento de superhéroes ambientado en México: “Los cómics de superhéroes son como un amigo alcohólico, cuando lo crees regenerado, reincide en sus pendejadas”.


            La editorial DC Comics, dueña de Superman, Batman y un gran, genial tapiz que integra la mitología de los siglos XX y XXI, ha ofrecido historias ilustradas por más de 75 años. Era lógico que en tanto tiempo, los cientos de guionistas y dibujantes incurrieran en incongruencias narrativas.
            En 1984 Jenette Kahn, entonces directora general de DC, aseguró en referencia a Superman “nuestro Hombre de Acero está oxidado”, y por ello era necesario actualizar, aerodinamizar a los superhéroes y a sus universos. Así se creó la serie Crisis en las Tierras Infinitas, escrita por Marv Wolfman y dibujada primorosamente por George Pérez.


            Luego de un año, los muchos universos presentados en DC Comics se volvieron uno, con una sola historia en general, desde la creación hasta el siglo XXX.
            Pero DC todavía tenía broncas de continuidad. Personajes supuestamente eliminados como Superboy, Superman cuando era niño, resurgieron en contradicción con diversas historias. Y ni hablar del Hombre Halcón, que si era un alien, el resultado de muchas reencarnaciones del Imperio Egipto a la fecha, o qué demonios.
            Entonces, en un esfuerzo por “planchar” y cohesionar su historia, DC publicó en 1994 la serie Hora Cero, con el pretexto de que Hal Jordan, Linterna Verde, enloqueció cuando el villano Mongul destruyó su comunidad natal, Ciudad Costera, luego de la Muerte de Superman (1993) y por evitarlo, hizo renacer al universo.


            Las incoherencias seguían y en 2005 DC presentó Crisis Infinita. Esta serie derivó en Crisis Final, y ésta en Flashpoint, que terminó con el retorno del superveloz Flash original, muerto en las Crisis en las Tierras Infinitas 20 años antes.


            DC acaba de presentar Rebirth (“renacimiento”), en el cual todos los universos quedarán unificados, y aparentemente fueron creación de Doctor Manhattan, ser omnipotente presentado en Watchmen (1986), uno de los mejores y más importantes cómics de la historia, realizado por Alan Moore y Dave Gibbons.
            ¡Pero se suponía que el universo de Watchmen no tenía nada qué ver con Batman, Superman y la Mujer Maravilla!


            Ah, pus eso se soluciona nomás con decirlo. Los universos de DC fueron creados por Doctor Manhattan y a ver, diga usted que no.
            La industria estadunidense de la historieta busca nuevas formas de atraer lectores y asimismo, consumidores de películas, series de televisión, ropa, chucherías y botanas. Por eso requiere dinamizarse y permanecer en el gusto del público. Si eso implica renovar universos para presentar sagas narradas en letras y dibujos, bueh… lo importante es que hay historias qué narrar, héroes a quienes admirar y villanos para repudiarlos.

Las imágenes presentadas son propiedad de sus respectivos dueños, y se presentan con fines periodísticos

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