El viernes pasado se estrenó en México, una semana antes que en Estados Unidos, Capitán América: Guerra Civil, la entrega más reciente de las cintas que componen al Universo Cinematográfico Marvel, la serie de películas basadas en los personajes de la editorial Marvel Comics. Plagada de defectos, situaciones trilladas, sin una resolución en realidad satisfactoria… Y divertidísima, sin duda el filme de superhéroes más entretenido jamás realizado.
En una
de sus secuencias más divertidas, una pelea de todos contra todos en la que
hace su debut en sociedad la más reciente versión del Hombre Araña, el imberbe
chamaco que lo interpreta (Tom Holland) se refiere “a esa película vieja, El imperio contraataca”. Siendo Disney
la empresa dueña de Marvel y del Universo de La guerra de las galaxias, el comentario es al menos
autorreferencial. Y acertadísimo.
Al
igual que El imperio contraataca, CAGC es una cinta que no trata de nada,
con personajes moviéndose de prisa por la pantalla en una carrera frenética por
hacer avanzar la historia… misma que fundamentalmente no existe. Y como El imperio contraataca, la falta de
trama es lo de menos.
Lo de
más, lo que nos lleva al cine, es ver el intercambio de catorrazos en aras de
defender un punto de vista, los brincos, las persecuciones, las llaves de lucha
libre mexicana.
“Capitán América: Guerra Civil presenta
serias preguntas en cuanto a la violencia y la justicia por propia mano
mientras se extasía en ambas; es demasiado larga pero asombrosamente ligera de
pies. Se construye sobre las tramas de entregas previas de Los Vengadores (el
grupo de superhéroes Marvel), reuniendo nombres en la marquesina y presentando
a la Pantera Negra y al nuevo Araña de una forma ganadora”, la reseñó la
respetada revista de espectáculos The
Hollywood Reporter.
“Es un
pasón de aspartame hecho película: una botana gigante irresistible, no es nutritiva,
pero muy sabrosa”, afirmó el diario inglés The
Guardian.
También
desde Inglaterra, el periódico The
Telegraph aseguró: “La mayor fortaleza de Guerra Civil, y la razón por la cual se evapora ante ella todo recuerdo
de la reciente debacle que fue Batman Vs.
Superman, es que el filme de Los Hermanos (Anthony y Joe) Russos tiene una
fe inmovible en estos personajes creados hace décadas: No se les reunió para
defender nada más que cuanto son, sin brillo ni reinterpretación, ni para
buscar la significancia épica requerida. Este es el combate de superhéroes con
el que soñaste desde niño, precisamente porque eso es todo (lo que presenta), y
lo único que pretende ser”.
Sí, Capitán
América: Guerra Civil se apoya en el Complejo de Edipo que sustenta a buena
parte de los superhéroes y que Batman Vs.
Superman nos restregó en la cara hasta el hartazgo. La relación entre sus
verdaderos protagonistas, El Capitán América (Chris Evans) y El Hombre de
Hierro (un siempre genial Robert Downey Jr.), raya en el homoerotismo; tiene un
guion con agujeros por los que pasan Los 4 Fantásticos con todo y sus hijos
Valeria y Franklin, y es sencillamente diversión con superpoderes en su
expresión más depurada.
Los personajes femeninos en Capitán América: Guerra Civil están apenas bosquejados; Marisa
Tomei, la nueva Tía May del Hombre Araña pasa por una guapa hermana mayor;
Jeremy Renner no puede ocultar como Hawkeye que ya dio el viejazo… Ah, pero la
trilogía de personajes de ascendencia negra, Anthony Mackie, Don Cheadle y
Chadwick Boseman como Halcón, War Machine y El Príncipe T’Challa de Wakanda, La
Pantera Negra, respectivamente, están sencillamente geniales.
Habrá
más de un aficionado a los cómics que reclamará que Capitán América: Guerra Civil sólo retoma el título y la anécdota
mínima de la historieta en la que supuestamente se basa (¡El Capitán no muere al final, como pasa en el cómic!). Y no
obstante, te reto a que te quedes hasta el final, veas los tres
finales-finales, y no salgas del cine con una sonrisa tan grande como la de
cualquier otro niño en la sala.
En las
palabras inmortales de Pumbaa en El rey
león, “viscosos pero sabrosos”. No busques profundidad, el sentido de la
vida, la contemplación estética. Capitán
América: Guerra Civil se hizo para obtener tu dinero y a cambio, darte
diversión. Y cumple su misión con creces.
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